lunes, 30 de enero de 2012

Imposible al intentar describir


"Amo a los que sueñan con imposibles"
A todos esos que sueñan con estructuras imposibles y hacen que vuelen por encima del suelo. A quien se atreve a salir de su propio hogar a sabiendas que lueve como si no existiera ni presente ni futuro.

A esa personita que sueña con una mísera margarita y se enfrasca en un mundo de dudas. Tras el último pétalo se esconde un "Me quiere" (O no, el azar no es la cuestión) y le entrega la flor con un único pétalo a esa otra personita especial. Todo ello envuelto con un rojo tan vivo como el sol del atardecer, pero no en el ambiente, sino en unas mejillas que para nada esconden la que hasta el momento ha sido la mayor de todas las vergüenzas.

Amo ese juego de incertidumbre al que somos sometidos. Ese que tanto nos trastoca y nos lleva a un súbito vértigo de volver a verte.

Así como tú, también amo la música que podamos bailar juntos.

Apenas se habla y ya se está uno equivocando, pues aunque no lo parezca, también amo el error (Pequeño, casi infantil) pues es gracias a eso el que me alegre al acertar. Obrar es fácil, pensar lo es aún más. Pero actuar según lo que piensas es casi lo imposible. Y por encima del resto amo el asombro, ya que es lo máximo a lo que una persona puede aspirar en esta vida. Sin asombro ni sobresalto no somos nada.

Y luego, muy por encima de todo (Incluso del aire), estás tú.

sábado, 28 de enero de 2012

Lo intentaré todo otra vez

Verte en mi cabeza ya cansa. Resulta tan repetitivo como ofuscante,
pero así son las cosas.
"No, no, no, no, no lo digas mas. Necesito verte otra vez."  Pero de verdad
Sonríe, o busca la sonrisa te dicen. Estás TAN sometido al juego.
Es solo un juego, así que puedes ganar o perder (O ni ganar ni perder, ser excluido antes del mismo comienzo).
"Todo el mundo juega al juego. Si no te llaman loco. 
Volverá a encauzarse, lo sé.
"Siéntame
Cállame
Me calmaré
Y entonces lo haré junto a ti
Está bien, otra vez"

viernes, 11 de noviembre de 2011

Canción de despedida

Caminamos por la playa, a la orilla del mar. Mis pies descalzos querían sentir el mar y el rugir de la marea. Puede que para distraerme y sobrellevar lo que vendría.

La tarde era propicia. Un sol profundo se reflejaba en el oleaje haciendo que todo adquiriera un tono naranja. La costa se perfumaba por la brisa que acercaba el salitre. Entre el murmuro de los niños gritando en la orilla y el suave romper de la marea nos alejamos.

Sí. Nos tumbamos en la arena.





He de decir que estabas realmente guapa. Pocas veces te vi tan bella. Eso precisamente no ayudaba. Como tampoco lo hacía el reflejo del sol en tus ojos, en tu mirada triste. Pronto adivinaste de que se trataba.

Pocas palabras surgieron. Todo ello basura necesaria y precisa (Que no preciosa) para nuestros corazones. 

Te abracé. Tú también temblabas al abrazarme, tanto como yo.

-No llores por favor.

Pasaron varios minutos de tiempo vacío. Tantos que el tiempo se paró lo suficiente para verte una última vez y recordar como habías sido hasta entonces y lo que pasarías a ser a partir de ese instante.

Solo pude evocar una falsa sonrisa que ahogaba mis ganas de llorar.

Esa preciosa canción que tanto gustaba perdió la voz. Acabó siendo algo instrumental que me acompañó durante mucho tiempo. Así, de esta forma, lo que empezó como la mayor sinfonía de la historia terminó con una canción de despedida. El piano sin ti duele como una aguja con el pulsar de cada acorde.

Esta es una historia sobre la culpa. Aquella que hizo que todo terminara. Exacto, esa misma. Esa culpa que siempre tuviste (O que yo te atribuye) y que, de un día para otro, pasé a sentirla como propia y la transformé en arrepentimiento.

martes, 20 de septiembre de 2011

Spoken Madness: Palabras ahogadas por fuegos artificiales


Modo de empleo:

· Pulsa el botón del play, cierra los ojos y escucha. No te llevará mas de dos minutos:




· O simplemente puedes leerlo directamente:

Caminas tranquilamente y llegas a un lugar nuevo, totalmente de imprevisto. Y allí hay algo que te llama la atención. Algo distinto a todo lo que has visto en tu vida (O que habías olvidado). Tus ojos no pueden evitar mirar allí, un vistazo rápido pero definitivo.


"He descubierto que ciertas personas tienen el don de hacerse acreedores del amor ajeno incluso sin ganárselo"  


A partir de ese preciso instante estás jodido. Seguro que podrías decirme como es ella con sumo detalle. Cada una de sus pecas, la forma en la que se curvan sus labios cuando sonríe, el color exacto de sus ojos o el tono con el que suena su voz al susurrarte al oído.
Y tras eso, tras el susurro las cosas no mejoran. Hablas con ella y compartes impresiones. Es fantástica la mires donde la mires. No puedes evitar pensar en ella. ¡No puedes dejar de pensar en ella! Y ahí sigue frente a ti, de locos.

Pasan los meses y sigues pensando en ella. En secreto pides que pose para ti pero en el fondo no lo necesitas. Tantas tardes y tantas noches recordándola hacen que esté presente siempre que quieras (Y que no quieras).


Créeme si te digo que puedo ser lo mejor que te pase en la vida.